viernes, 31 de agosto de 2012

Locuras.

Pueden llamarme loca. Y lo soy. Debo de serlo para seguir pensando despues de horas el significado de tus miradas. De tus sonrísas. Debo de estar loca por seguir intentando descifrar tus palabras. Palabras que son las mismas que dedicas a otras. Pero ¿no suenan diferentes en tus labios cuando me las dices a mi que cuando se lo dices a ellas? Estaré loca por pensar si tus labios seran dulces o picantes, atrevidos o tímidos, tiernos o apasionados,... Será que estoy loca por querer una carrera desenfrenada bajo la lluvia junto a ti. Será que estoy loca por saber que en el final de esa carrera estará nuestro final. No será un final típico, ni uno como el de esa chica que llora o el de aquella que parece tener un sol en la mirada. Será un final diferente. Un final por el que los que no estan locos suspiran. Un final tuyo y mio.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Amores callados.


¡Joder! ¡Ya basta! Basta de tanta palabreria inutil
que lo unico que hace es que perdamos tiempo...
tiempo de caricias, de besos, de abrazos, de holas, y de adioses..
Sí, adioses, porque nada dura para siempre, todo se acaba, ya sea
con la muerte de nuestros cuerpos o de nuestro cariño.
Por que algún día conoceremos a otra persona que nos deje por los
suelo, que haga que lo que sentimos juntos no valga la pena a su
lado... o puede que no.
Espero el dia en que nos atrevamos, porque pase lo que pase eso
siempre nos quedará en el recuerdo de nuestros amores pasajeros o duraderos, de una noche o de toda una vida,... Por que el amor
aunque no sea amor nunca se olvida.

Timidez.

Y nos encontramos paseando. Nos saludamos como si nada. Caminamos juntos mientras hablamos y nos conocemos. Nuestras miradas se cruzan y bajamos la mirada avergonzados. Timidez, esa pequeña maldición. Nuestras manos se rozan en ocasiones sin que ninguno reúna el valor para juntarlas. Llega el momento de la despedida. Se que si en este momento no hacemos nada lo nuestro se quedará en un quizás. Y me armo de valor. Levanto la mano y te aparto el pelo de la cara. Nuestros ojos se encuentran ya sin timidez. Y te inclinas. Y esta vez nuestras manos no solo se rozan sino que se agarran como si no quisieran que hubiese distancia entre nosotros. Mientras, nuestros labios danzan en un baile que espero no tenga final.