martes, 11 de septiembre de 2012

Capítulo 7


      -¿Qué demonios? –Era imposible, pero lo acababa de ver con mis propios ojos. Esa chica
había hablado sola 20 minutos después de que la chica alta se hubiera metido en la casa. Y
después se había desvanecido en el aire frente a mis narices.
       ¿Qué era esa chica?Mientras me rascaba la barbilla pensando en los interesante que se ponía la situación, decidí que era el momento de afeitarme la barba y hacer una visita de cortesía a la madre de la
chica. Sonreí mientras arrancaba el coche. Esto iba a ser divertido.



Lo primero que vi nada más abrir los ojos fue la cara preocupada de Trevor. El mismo
que segundos después me arrojó un cubo de agua helada.

-¡¿Pero se puede saber qué haces?! – Exclamé mientras me sentaba y escupía el agua
que me había entrado en la boca. Nada más levantarme la parte de atrás de la cabeza me latió
dolorosamente, recordándome que me había desmayado, y se me llenó la visión de puntitos
negros.

-Con cuidado. Te has dado un buen golpe. – Dijo Trevor mientras me agarraba todavía
preocupado pero con un asomo de su sonrisa por mi grito cuando me arrojó el agua a la cara.
Le di un puñetazo en el hombro por ello mientras intentaba recordar porque me había
desmayado. Estaba hablando con Trevor y nos íbamos a….¿besar? Le dirigí una rápida mirada
y por la sonrisa que me dirigió supe que el también se acordaba de nuestro ‘’casi’’ beso.
Sonrojada le fulminé con la mirada. Pero, ¿qué pasó después de eso? No le pensaba
preguntar a Trevor porque estaba claro que iba a sacar el tema del beso y no estaba preparada
ni siquiera para pensar en ello. Miré a la puerta de la casa y lo recordé todo. Suspiré mientras
me miraba a mi misma y a mi ex entrar a la casa de Amanda. La verdad es que iba bastante
guapa con una minifalda vaquera y una camiseta negra ajustada. Lo único malo era mi actitud.
Me reía como una colegiala tonta de todo lo que decía Geoffrey. Y él solamente me miraba las
 tetas y el culo. Era penoso. No se como había podido estar tan colgada de un tipo así. Tanto
tiempo perdido con él cuando podría haber estado con otra persona que en verdad me
apreciara. Me vi desaparecer con él por la puerta.

-¿Te encuentras bien? – La voz de Trevor me sacó de mi  ensimismamiento. Se acabó
el deprimirse por un tío así.
-¡Pues claro que estoy bien!¿Ahora me vas a enseñar ese grave problema que según
tu tuve con el alcohol? ¿O sólo me has traído aquí para ver lo bien que me quedan las
minifaldas? – Trevor me dedicó una sonrisa socarrona. Me cogió de un mechón de pelo y se lo
enrolló en el dedo. Tiró ligeramente de el para que me acercara a él.

-A pesar de lo mucho que me guste verte con falda, – Me susurró. Millones de
escalofríos me recorrieron desde el mechón de pelo con el que me tenía cogida hasta la punta
de los dedos de los pies. – tenemos que entrar. Si no te perderás tu gran actuación.

Y se alejó tan rápidamente como se había acercado. Cuando llegó a la puerta, miró
para atrás y extendió su mano hacia mi que todavía continuaba en el mismo sitio
contemplándole.

-¿Tienes miedo ahora de entrar?¿Dónde está la pequeña fierecilla de hace un rato? –
Levanté mi barbilla ante el desafío. Ignoré su mano extendida y abrí la puerta.

-Yo nunca tengo miedo. – Bueno, casi nunca. Pero eso no tenía porque saberlo él.
Aunque por la sonrisita que puso en su cara lo más seguro es que ya supiese que mentía. Así
que escapando de su mirada me interné en la casa.

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho como escribes, pásate por mi blog a ver que te parece.
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  2. Hola,me gusta tu historia.
    .Si te interesa pasate por mi blog:

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    Besos y espero que te pases,pero que sobre todo te guste ^^

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